En la pasada feria del libro de Valencia me encontré, entre
otros, con Santiago Álvarez, autor (conócelo)
de varias novelas de género negro, una persona simpática y accesible y un gran
conocedor y defensor del programa Scrivener. Yo no uso ese programa por mi
forma de escribir (escritor de brújula), pero tampoco lo he echado de
menos. La breve charla y que ya he terminado de corregir la novela «El Destructor
de Estrellas» que andaba escribiendo y estoy en ese momento de espera mientras
los lectores cero me devuelven su impresión sobre ella, me ha dado por pensar
en las herramientas que he utilizado para el libro y, sobre todo, en las que he
echado de menos.