Cuando se desarrolló la ambientación de Exo, teníamos claro
que queríamos una galaxia poblada y que los viajes espaciales fueran rápidos.
Aunque la idea de un imperio a velocidades sublumínicas puede ser muy atractiva
para un relato o una novela, parecía complicado hacer atractivo una
ambientación en la que cada viaje supondría despedirte de todos tus conocidos y
amigos. En la Tierra ha habido imperios cuyas comunicaciones tardaban semanas o
meses en recorrer todo el territorio, pero a niveles galácticos, estaríamos
hablando de años, muchos años. Teníamos claro, por tanto, que queríamos viajes
a mayor velocidad que la luz.
Casi todo en Exo tiene una razón oficial (queríamos viajes a
escala humana) y una razón técnica; buscábamos una explicación científica que
aparentara ser cierta (no siempre lo era y han pasado casi 20 años con lo que
en algunas cosas la ciencia nos ha quitado la ilusión). La ecuación que impide
alcanzar la velocidad de la luz (un tema de masas infinitas) en realidad no
dice que no se pueda ir a velocidades superiores a la de la luz, solo dice que
no se puede ir a la velocidad de la luz y nuestro planteamiento fue que
nuestras naves alcanzaban esas velocidades sin pasar por la velocidad de la
luz; es decir, haciendo saltos de velocidad sin pasar por la velocidad
prohibida. ¿Y cómo lo conseguimos?