30/4/18

Firmas en la feria del libro de Valencia


En Valencia existe una tienda de cómics, libros y cultura interesante en general que llama Greyhskull Cómics y si algo se puede decir de su dueño es que sabe mucho de cómics (y que le gusta disfrazarse para ver los estrenos de superhéroes). Este año, creo que por primera vez, se ha lanzado a poner una caseta en la Feria del Libro de Valencia y me ha invitado a pasar por ella a firmar ejemplares de mis libros. Como es natural, le he dicho que sí.



Por tanto, estaré en la feria del libro el próximo miércoles 2 de mayo (interesante fecha) por la tarde. No me han puesto límite, así que intentaré estar desde las 17:30 hasta que el cuerpo aguante. La caseta está llena de cómics y de gente que sabe de cómics, así que los breves y raros instantes de soledad que se dan en las firmas de libros, los pasaré en buena compañía. Me quedaré mucho por allí.

23/4/18

Mis lecturas


Ya he comentado en una ocasión que no soy lector de un solo libro. Siempre tengo varios libros a medias y voy alternando su lectura en función del momento. No leo lo mismo cuando me relajo cinco minutos entre tarea y tarea, que cuando voy a hacer un viaje o cuando voy en el metro. Es por ello que cuando llega el Día del Libro y comento qué estoy leyendo (como homenaje a este día) siempre salen varios títulos. Este 2018 estas son mis lecturas actuales:

Cetaganda (Louis McMaster Bujod).

Empecé la lectura de esta serie, que había dejado sin leer demasiado tiempo, y ahora están cayendo todos uno detrás de otro. No me está disgustando la serie, aunque estoy empezando a estar cansado de la inteligencia superior de Miles Vorkosigan. De toda la serie, el que más me gustó es el primero, por orden cronológico, que es el que menos tiene que ver con la serie. Me refiero a «En Caída Libre» que cuenta la creación de los cuadrúmanos. Sospecho que he llegado tarde a la serie y he leído muchas copias posteriores, pero me está gustando la estructura de libros en torno al mismo universo/personaje que es algo que estoy tratando de hacer con mis novelas de Exo, a semejanza de la Flota Perdida, La Cultura, Honor Harrington y demás.

Nota para los editores que puedan leer esto: Honor Harrington está huérfana de editor en español. Guiño, guiño.

20/4/18

La caída de Oeon


Siempre se dice que los imperios galácticos son adaptaciones del Imperio Romano, pero la verdad es que el Imperio de Oeon (no confundir con el actual mucho más pequeño) era una versión de la Unión Soviética, una versión un poco perturbada que quizás se parecía más a China que a Rusia. Una de sus grandes contradicciones es que tenían una monarquía hereditaria. Nos pareció una idea original entonces, pero luego llegó Corea del Norte y Cuba y nos copiaron. A pesar de ser un sistema de gobierno proletario, los Buckclaimer, así se llamaban, no ostentaban ningún poder y eran solo algo con lo que identificarse. Eran unos reyes listos y no se dedicaban a salir en los holodiarios haciendo cosas elitistas, sino más bien al contrario. En realidad eran una monarquía porque procedían de una república y llevar la contraria a los padres es algo que a los humanos se les da bien.


3/4/18

Espejo

Hace bastantes años acompañé a un amigo a casa de sus padres, en Kosovo, pocas semanas después de que la guerra se hubiera dado por terminada. Fue un viaje bastante triste con aquellas miradas huidizas, ese sentir culpable y toda aquella destrucción. Llegar fue difícil, carreteras cortadas, puentes que amenazaban con derrumbarse y controles de soldados, no siempre de la ONU.

La casa de los padres de mi amigo era una vieja casona en un pequeño pueblo. Los cristales habían desaparecido y una de las paredes mostraba la sombra de un incendio, como si una lengua de un gigante manchada de regaliz hubiera lamido la mampostería. La casa era fuerte, de gruesos muros que empezaban de piedra y terminaban con un pie de ladrillo, con puertas de verdadera madera que habían desaparecido. Los huecos de la fachada parecían mirarnos y mirar el horror que le rodeaba: una construcción, que luego supe que era una especie de cobertizo, completamente quemada, los campos abandonados, pisoteados y agujereados por bombas que aún parecían oírse y el silencio sin animales, como un dedo acusador que nos señalara.